Se lava una zanahoria, se corta en rodajas. Se cubre de miel de romero, y se deja macerar durante toda la noche en un recipiente que no sea de aluminio, lo mejor es el barro y el cristal. Por la mañana al levantarnos, tomamos una cucharada del jugo que nos ha resultado en ayunas, y otra antes de cada comida. El proceso lo repetiremos siempre que queramos.
Suaviza la garganta y la desinfecta.
jueves, 1 de enero de 2009
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